A veces pienso qué ajeno y convenido es el hombre
que camina, abandona sus pasos y no mira atrás
convencido de que cada nueva pisada
es la primera y única dada.
Cuando lo único que consiguen hacer es
dejar las mismas huellas atrás
Pero siempre hay alguien que recuerda,
por suerte siempre hay testigos
Y aunque el caminante apresurado elija esquivarlos
ellos nunca olvidan,
hacen de aquellos pasos cicatrices
e intentan ahondar la lección que el caminante ignora
Tengan cuidado caminantes distraídos
que los testigos tienen ojos, y no olvidan
Y los ojos pueden llegar a ser más filosos que las palabras
Caminantes, sigan adelante y no volteen
Sigan como vienen, sin aprender
Porque ustedes hombres ególatras lo único que saben hacer
es dejar la tierra un poco movida
1 comentario:
Pero que alegría que vuelva Selene!!! Siempre un placer leerte y disfrutar de palabras que se unan para tratar de dar existencia a todo lo indecible que nos rodea!!!
Brindo por tu regreso cibernético!!!!
(M)
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