martes, 13 de julio de 2010

Levedad

A veces pienso qué ajeno y convenido es el hombre

que camina, abandona sus pasos y no mira atrás

convencido de que cada nueva pisada

es la primera y única dada.

Cuando lo único que consiguen hacer es

dejar las mismas huellas atrás


Pero siempre hay alguien que recuerda,

por suerte siempre hay testigos

Y aunque el caminante apresurado elija esquivarlos

ellos nunca olvidan,

hacen de aquellos pasos cicatrices

e intentan ahondar la lección que el caminante ignora


Tengan cuidado caminantes distraídos

que los testigos tienen ojos, y no olvidan

Y los ojos pueden llegar a ser más filosos que las palabras

Caminantes, sigan adelante y no volteen

Sigan como vienen, sin aprender

Porque ustedes hombres ególatras lo único que saben hacer

es dejar la tierra un poco movida

1 comentario:

DemasiadoListas dijo...

Pero que alegría que vuelva Selene!!! Siempre un placer leerte y disfrutar de palabras que se unan para tratar de dar existencia a todo lo indecible que nos rodea!!!
Brindo por tu regreso cibernético!!!!

(M)